A pesar de las restricciones, todavía hay muchas maneras de disfrutar de Valencia «a todo color» Todo ello 100% Covid-Safe.
Naranja:
Ya sea un paseo por «la huerta», en plazas céntricas como la Plaza de la Virgén o incluso en edificios como la Estación Central: EL color de Valencia recorre la ciudad como un hilo rojo anaranjado.
Verde:
Lo más que más destaca (en verde) es probalemente el Turia, pulmón verde de la ciudad que ofrece miles de posibilidades de ocio y recreo: Ya sea caminando, corriendo, haciendo ejercicio, patinando en línea, haciendo yoga, pilates, haciendo un picnic, quedando con alguien, jugando a las cartas, con el monopatín, jugando al tenis de mesa, al rugby, al fútbol, al slackline… está garantizado que algo hay para todos en la franja verde de 110 h.
Azul:
Aparte de cúpulas características como la del Museo de Bellas Artes, el color azul domina también en la playa de la ciuda de Valencia y sus alrededores: Merece la pena visitar una de las playas a cualquier hora del día o de la noche. Incluso merece la pena ponerse disfrutar de un momento azul inolvidable de amanecer o atardecer en el puerto deportivo.
Púrpura / Lila / Rosa: Como alfombra roja para momentos especiales, para ver la vida por un momento a través de unas gafas de color rosa o para decirle a alguien algo a través de una flor: El Puente de las Flores, que atraviesa el Turia y ofrece espacio para 10.500 plantas, merece definitivamente una visita.
Blanco:
El conjunto cultural y arquitectónico de edificios y parques es, sin duda, otro de los puntos fuertes de Valencia.
Para los que quieran maravillarse con toda la paleta de colores de Valencia en unos orgullosos 4780 m2, el Mercado de Ruzafa es un auténtico festín para los ojos: Cada una de las cuatro fachadas brilla con un color diferente e invita a degustar los productos locales en uno de los 160 puestos del mercado o a llevárselos a casa y así degustar la paleta de colores (culinarios) de Valencia o llevársela a casa.